miércoles, 5 de septiembre de 2012

Comprendí que el silencio dice mas que mil palabras, que estar con alguien no significa que siempre estará junto a ti, que no se debe tomar de la mano de alguien que ya solto la tuya, que el amor te lo deben demostrar y no solo darte las sobras de el, que alguien que queremos se le debe desear toda la felicidad del mundo aunque este contigo o este sin ti...
Se dice que cada persona sufre a su manera, que unos lo hacen más que otros, que la vida a veces nos pega duro, que a veces nos ahogamos en vasos de agua… sin embargo, nadie sabe con exactitud, el dolor del otro. Nos comprendemos, claro que lo hacemos pero nunca lo suficiente. Es por ello que nunca midamos el dolor del otro, respetémoslo, escuchémoslo y abracémoslo fuertemente, en la manera de que no nos dejemos solos.
Todos pasamos por decepciones todos pasamos por buenos momentos a veces pensamos que somos lo únicos que pasamos por esto que a nadie más le ha pasado pero quién sabe. Capaz hay personas que la están pasando peores que nosotros, otra cosa es que la vida tiene bajas y sus altas y de cada caída aprendemos a ser más fuerte aprendemos de nuestros errores para no volver a tropezar con la misma piedra. Están esos amigos que cuando pensamos en rendirnos, pensamos que ya no podemos avanzar más, llegan ellos extendiendo su mano y nos ayudan a seguir, personas que te hacen sentir importante y especial, aún sabiendo que no lo eres... Esas personas te ven con otros ojos. Esos amigos incondicionales que están allí, no sólo en los peores momentos, sino también compartiendo alegrías. Ser frío, no tener sentimientos, ser superficial, no demostrar ni una pisca de ternura, no decirle te quiero ni amo a nadie, no saber lo que es sentir cariño, ser duro de pensamientos y palabras, demostrar que lo eres y que no te importa nada. No se llama ser malo, se llama evitar tener desilusiones porque cuando fuiste un amor de persona... te hicieron mierda los sentimientos. Sólo eso.
Nuevamente huyo al único sitio y momento en el cual encuentro tranquilidad, a la única vía fiel y recurrente de desahogo, la escritura. Sin tener algo claro en lo cual pensar y a la vez mucho, puedo decir que al final todo termina siendo una mezcla entre momentos y emociones agridulces, el balance entre lo bueno y lo malo, entre la felicidad y la tristeza. Ese punto medio de emociones es el que termina causándonos preguntas y respuestas un tanto irracionales e ilógicas algunas veces, que nos llevan a sacar conclusiones innecesarias a hechos que no las necesitan debido a que buscamos muchas razones cuando escasean los motivos. Siempre callando lo que siento y luchando para controlar mis emociones, digo absolutamente todo lo contrario a lo que desean escuchar. Haciendo una pequeña lista de pensamientos y emociones que realmente no tienen orden digo que:
-Suelo sentir más de lo que debería y luego imponerme límites
-Suelo darle más importancia de la que debería a las personas incorrectas
-Dejo mis sentimientos plasmados en letras sólo como un simple recordatorio de que también se puede llorar en silencio en lo más adentro
-En vez de decir “Adiós” me gustaría poder decir “Te quise”
-Recordaré todos los “Te Amo” jamás dichos por miedo al rechazo
-Me resistiré a querer lo que no puedo tener
-Las sonrisas muchas veces no demuestran “felicidad”, también demuestran que puedes esconder muy bien lo que sientes
-Quiero muy rápido, y eso sólo me causa crisis existenciales innecesarias.
En éste momento suspiro, y bueno, ¿por qué? A veces los suspiros no simbolizan más que pequeñas formas de expresar todos los sentimientos que puedes tener en un momento dentro de ti, esos sentimientos que pueden llegar a hacerte sonreír, que pueden invadir tus pensamientos, que pueden hacerte llorar en silencio o que simplemente viven dentro de ti como prueba inquisitoria de tu realidad. Siempre me ha parecido un tanto divertido el hecho de que las personas sólo se dejan llevar por lo que ven a simple vista de mí, es decir; una persona impulsiva, sonriente, un desastre andante que muy pocos se interesan en conocer por el hecho de creer sólo lo que a simple vista ven. En cada verso siempre escondo una pequeña historia que muchas veces pasa totalmente desapercibida por razones que no quiero entender pero serían difíciles de explicar, y sólo algunos lograrían comprender.
Es loco pensar que en este preciso momento alguien está muriendo, alguien está engañando a su esposa, alguien está escribiendo una carta de suicidio, alguien acaba de perder a su hija, alguien fue diagnosticado con cáncer, alguien acaba de tener un accidente automovilístico, alguien está embarazada, alguien inhaló cocaína por primera vez, alguien fue secuestrado, alguien le quitó la vida a una persona, alguien no ha hablado con su padre en años, alguien violó a un familiar, alguien está firmando papeles de divorcio, alguien se suicidó, ahí, en ese preciso momento, mientras tu leías esto, todo eso pasó en alguna parte del mundo.

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