domingo, 24 de junio de 2012

Tu me lo has dado todo



Todo lo que me has proporcionado, África: lagos, bosques, lagunas rodeadas de brumas; 
todo lo tu que me has concedido: músicas, danzas, veladas en torno al fuego; 
todo lo que en mi piel has cincelado: tintes de mis ancestros indelebles en mi sangre.

Todo lo que me has dado, África, me hace caminar de esta manera con un paso diferente a cualquier otro. 
La cadera rota bajo el peso del tiempo, los pies anchos por todas las marchas; 
todo lo que me has dado en herencia y hasta esta pereza atada a mis talones, 
lo llevo con orgullo en mi frente y mi salud ya no la perderé y paseo, marcho, camino, voy cantando mi raza por el mundo... ni mejor ni peor que cualquier otra. 

Todo lo que me has dado, África: sabanas que broncea tu sol cenital, 
tus animales -que dicen perversos-, tus minas, inexplicables riquezas, obsesión de un mundo antagonista, tu pena por haber perdido paraísos; 
te protejo todo con mano implacable hasta la luminosidad de los horizontes para que continúe, por siempre intacta, esa misión que te confirieron los cielos.

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