domingo, 26 de diciembre de 2010

Para los que digan que el reggaeton viene del reggae

Es indignante ver cómo géneros tan disímiles en el contenido y el mensaje como el reggae, el dancehall y el raggamuffin pueden ser confundidos con la peste llamada reggaeton que llena las discotecas por estos días. No todo el mundo puede saberlo pero es bueno hacer justicia por la música jamaiquina que cayó en manos de los productores yanquis y la convirtieron en el nuevo fenómeno lascivo en las discos, como lo fue la lambada en un momento o, qué se yo, el disco.

No soy versada en el tema, pero no hace falta serlo para decir que el reggaeton es una mezcla de reggae, ragga, dancehall con elementos del hip-hop y música popular puertorriqueña y en general de las islas del Caribe, logrando un espécimen raro. Lo que lo diferencia de sus elementos es que las letras son "únicas" (a falta de una palabra peyorativa) en su género, el 99% del tiempo hablando de un hombre y una mujer, ya sea "tirando", a punto de hacerlo, peleando o diciendo cuánto extraña al cretino con el que pasó la noche o preguntándose quién será el próximo que robe su corazón de melón. Contando las historias de las niñas que vio en la disco, que cómo mueven de bien sus humps, que como lo menean y etc, etc., un reggaetonero puede seguir contándole el cuento.

Con esta columna quiero hacer una salvedad, por el prestigio de los bares REGGAE y las personas que escuchamos buen reggae, raggamuffin y dancehall. Éstos no son reggaetón, y si bien dieron muchos de sus ingredientes para tan fatídica y asquerosa receta no es su culpa entera su existencia, los culpables son los norteamericanos. El dancehall a simple oído (porque a simple vista como que no mucho) puede sonar muy parecido al reggaetón, voces como las de Beenie Man o Buju Banton han sido la inspiración para más de un reggaetonero, que creyendo que como por aquí no se escucha eso, entonces pueden venir a decir que es nuevo.

El dancehall no es nuevo, mucho menos el ragga, ellos vienen de los años 70 y 80. Y si bien tienen el contenido lírico dedicado más o menos a los mismos temas, se puede decir que son más finos, cultos y delicados. Ellos tienen productores de verdad y se esmeran por lograr algo con su música más que conseguir morenas voluptuosas y modelitos para pasar la noche. Los ritmos jamaiquinos todavía tienen ese elemento isleño que los hace ser una música de ambiente festivo, cálido y no con esos golpes agresivos y cambios de ritmo disonantes, voces chillonas y poco entrenadas.

Para describir una de las características propias del poco auténtico y siempre copión reggaetonero, hay que definir ciertos términos de la producción musical del dancehall y el raggamuffin: el riddim. El riddim es el patois (jerga jamaiquina) para rhythm, o "ritmo" en español. Es esa pista que usted escucha al fondo de la voz del cantante. Muchos de esos riddims se han popularizado gracias a las mezclas de DJ jamaiquinos, hechas con calidad y voces geniales como las de Bounty Killer y Buju Banton.

Pues bien, el reggaetonero pensando que aquí y en ningún otro lado se conoce mucho de la cultura jamaiquina (en lo cual están muy equivocados) toma riddims jamaiquinos y le pone su inigualable e incomparable sello lascivo-vulgar con letras carentes de mensaje y simples anécdotas sexuales o románticas sin mayor trascendencia. Y cuando va alguien, que apenas está conociendo de los orígenes del reggaeton y escucha un riddim original con la voz de Sizzla dice que Sizzla se copió de Daddy Yankee, cuando en realidad es todo lo contrario.

Música valiosa como la de los productores jamaiquinos de calidad se está viendo apocada por el mal manejo y la ‘mercantilización’ de un mercado que era popular (en el sentido antropológico de la palabra, es decir del pueblo) isleño, y de las ganas de querer dizque innovar cuando lo que hacen es, como muchos otros nuevos géneros, destruir lo que hace diferente una cultura y satanizarlo. A más de uno le dará miedo ir a Jamaica por creer que encontrará a muchos Wisins y Yandels andando por las calles cuando lo que en realidad puede ver es a muchos rasta men tratando de mantener vivas sus creencias.

A quien tenga dudas, lo reto a ir a un bar (un buen bar) de reggae y verá que la cosa es diferente ,El reggae y sus derivados tienen sentido, pero un sentido de verdad y no un riddim lleno de ‘aaahs’ o ‘uuuhhhhs’, ‘¿¡yo, yos!? Y etc…"... mi conclusion es: ¡¡¡¡EL REGGAETON ES MIERDA!!!!

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