jueves, 24 de septiembre de 2009


Era de noche, sábado en la noche, nos habiamos conmovido demasiado con una pelicula, habias llorado un buen rato con la cabeza en mi pecho; antes de ir a quemarnos los oidos con musica bien fuerte a esa disco, esa misma disco donde nos conocimos, te pedi primero ir a tomar algo "para bajar un cambio"; yo necesitaba tomar, tú hablar. Pediste el mejor whisky, como te gusta consentirme! Tú hablabas, llorabas, recordabas, pedias, jurabas...yo bebia..
Seguimos bailando, de vez en cuando nos cruzabamos una mirada pegada a una sonrisa, a un "me encantas", yo me embriagaba despacio, disfrutando de perder el control, tu te reias. Y de golpe, en el ultimo instante de conciencia te puse la punta de la espada en el pecho, y de ser pared se encargaba tu soledad:

-Si queres decirme algo que mañana no recuerde, éste es el momento. Te pusiste seria, livida, me miraste con los ojos translucidos, sin un matiz de nervios en la voz, sin un gesto que me ayudara a adivinar que sentias en ese momento, dijiste:

- Te amo.

No soporté tu impunidad para decir las cosas mas importantes de la vida; Y como era de esperarse, me descontrolé. Te maldije y grite todo lo que pude, pegué dos manotazos al aire con la intencion de atinarle a tu mejilla, y con lo unico que me encontre fue con tu abrazo. Mil veces te dije que ni se te ocurra enamorarte de mi!

Mil veces te dije que lo que estabamos haciendo era una locura! Mil veces te dije que tenia miedo de extrañarte cuando todo se termine!.... y tú nada, me decias a todo que si, que me quedara tranquila, mientras por dentro te morias mas y mas de amor.

Por suerte no recordé nada al dia siguiente, amanecì en mi cama, contigo durmiendo al lado mio, abrazadas...

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