miércoles, 8 de septiembre de 2010

Ego

Suele verse al que excede como alguien que progresa. Una persona que acumula mas dinero que el que necesita para sus necesidades básicas está visto como una persona de progreso porque tiene mas, en la adolescencia se ve que la persona que se mete mas drogas es mas -resistente- eso marca una diferencia entre los adolescentes, lo hace mas osado, con mas aguante, también con el sexo, el hombre que está con mas mujeres es mas hombre, es un hombre afortunado, -mirá con cuántas mujeres está! Qué envidia!- También con el trabajo, el que trabaja mucho se lo ve como responsable, está creando un futuro, está solventando el presente y sigue acumulando.
En todos los ejemplos la sensación de la persona es como la del burro y la zanahoria, se ata un palo a la cabeza del burro y colgando de un hilo se pone una zanahoria, el burro avanza pero nunca llega a la zanahoria. Con lo material pasa lo mismo, el que tiene un millón de dólares quiere más, el que quiere repetir el estado de un efecto alucinógeno luego de acumular ese efecto tiene que subir la dosis, y con el tema del sexo es lo mismo, un hombre está con cincuenta mujeres pero su deseo no está satisfecho, quiere más.
Hay cosas que no tienen un objetivo o un final, cuánto sería el monto para dejar satisfecho a una persona codiciosa de dinero?
Cuántas relaciones sexuales tendría que tener la persona codiciosa de sexo para calmar su ansiedad?
Y aun sintiendo esa zanahoria de burro, esa -ansiedad- de nunca llegar al objetivo, a los ojos de la sociedad estas personas son distinguidas, son ejemplo.
Eso es porque la sociedad se maneja con ego y el ego genera envidia, por eso la sociedad festeja esta acumulación, porque comparten la angustia, y la envidia hace querer estar en la posición del festejado porque se lo ve contento, -alegre-, pero el propio festejado tampoco se siente satisfecho, porque sigue acumulando ego, y como sigue acumulando ego tiene que seguir acumulando materialidad, y se torna un círculo vicioso, los excesos son vicio.
De amor nunca hay exceso, de bondad nunca hay exceso, nunca puede haber una dosis nociva de amor, nunca puede haber una dependencia de amor porque el amor contempla al otro, contempla el bienestar del otro y el propio. En las parejas de novios o casados no hay amor, hay posesión, hay vicio -si no estás me muero- eso no es amor, uno no está feliz y otra persona es parte de esa felicidad, uno está triste, angustiado y otra persona es una droga, una anestesia para nuestro vacío, cubre momentáneamente el vacío, lo guarda debajo de la alfombra, sino no existiría el -si no estás me muero, me haces falta-, la ausencia de la otra persona no hace la falta, sólo la deja al descubierto, la falta siempre estuvo.

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