sábado, 16 de abril de 2011

Y al final... Cierto, la seguridad no es real, es todo parte de este imaginario, me empiezo a perder como hace tiempo atrás, al final es creer o reventar

Si tuviera la verdad en mi mano,
la dejaría escapar... Por el puro placer de buscarla.
Emerson
Mirando el presente puedo observar que no sabemos cómo convivir, intento ponerme en otro lugar y tratar de cambiar algo. Lo que me hace mal sigue estando ahí, si uno no cambia, nada va a cambiar, y ese es el sentido de tanto luchar... volver a reír.
Por que me sigo sintiendo mal? La única conclusión a la que pude llegar es que no soy yo la que falla. Estoy cansada de estar mal, cansada se sufrir... Cansada de decir que hacer y que no a oídos sordos, a gente que no quiere escuchar, a gente que no quiere cambiar, no les interesa pensar y solo se que tienen 2 gramos de cerebro. Es ese tipo de gente que no le importa el futuro, solo exprimir al máximo este presente sin importar las consecuencias. Hacer cualquier pelotudes por dos horas diversion.
Ya ves, no entiendo nada, o mejor dicho no quiero entender.
Ves? Soy necia, idiota ó no sé resolver. Me cuesta adaptarme a ésta realidad y ésto no es lo que quiero para mí.
Se hace tan difícil entrar ó salir, es que no me puedo decidir, lo admito, a veces soy un poco insegura de mi misma. Solo puedo dejar que las personas que crean problemas lo sigan haciendo, yo en cambio, me haré a un costado.- 
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[Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos al acordarnos de Sion. En los sauces de al lado teníamos colgadas nuestras citaras. Allí nuestros carceleros nos pedían cánticos y nuestros verdugos alegría: "Cantadnos algún cántico de Sion". ¿Cómo podemos cantar un cántico del Señor en un país extranjero? Oh Irusalem, si me olvido de ti, que mi mano derecha se me seque; que mi lengua se me pegue al paladar, si no me acuerdo de ti, si no pongo a Irusalem por encima de mi propia alegría. Acuérdate, Señor, contra los edomitas, que decían el día de Irusalem: "Destruidla, destruidla hasta sus cimientos". Babilonia, devastadora, dichoso el que te devuelva el mal que nos hiciste; dichoso el que agarre a tus hijos y los estrelle contra las rocas.]
MARCUS GARVEY

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