Que bien que la alegria vuelva, que aparezcan objetivos y metas, que se pueda producir en función de progreso y no de empacho, que bien poder ir subiendo para de un hondazo bajar.
Fue bueno saber que tenía que ir al otro lado del mundo para poder confirmar que todo lo que me parece una boludez me sigue pareciendo eso pero al menos ya no me toca de cerca.
Lo cierto es que mis críticas siguen sentadas pero al menos no reiteradas hasta el hartazgo, hasta el punto que en vez de sacar cosas de adentro llenan de mierda.
Es bueno poder apartarse al menos para ver qué pasa, y por suerte todo cada vez me parece menos seguro, hacer por acumular es lo mismo que no hacer nada o quizá peor.
Que bien que puedan convivir mis alegrías con mis desprecios, mis momentos felices con lo que me parece desagradable, porque justamente el punto no es querer caer bien a todo el mundo o que todo te parezca bien y creer que todo son mariposas y globos de colores, sino poder convivir con eso y no una convivencia forzosa sino relajada, fluida, poder resolver eso que traba la fluidez y no finguir que está todo bien para evitar quilombos.
Al fin también pude entender que boludos y mediocres vamos a haber siempre y vamos a ser muchos, y a pesar de sonar casí omitiva puedo confirmar que nada se puede hacer contra eso, claro que tampoco es la aceptación del caso ya que como dije antes lo que me parece despreciable me sigue pareciendo igual, pero al menos no invierto rencor... y menos con situaciones que ni valen la pena.
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