Mi escepticismo me hizo volver a mi raíz, consiente del manoseo de información e intereses de las fuentes me permití descreer de todo, absolutamente toda información, de la nueva que ingresaba hasta la que ya manejaba mi cerebro.
Momentos de tormenta anticiparon al sol, siento una vuelta de rosca, descreí de todo para volver a creer en mí, y cómo si descreía de toda mi estructura?
Me puse a pensar, información voy a recibir siempre y sé que todo se ajusta a un contexto a un tiempo y a intereses, pero también empecé a cuestionar mi propio enfado con esta nueva tendencia new age, y disocié el business de la esencia.
Las claves que tiran estos tipos son reales, es un nuevo movimiento humanista, y todo lo que describían, las sensaciones, las intenciones, y la forma era muy parecida a todo lo que siento y vivo en mis épocas de plenitud, que ya las había experimentado antes de informarme sobre todo esto.
Me cuestioné mucho el tema del contexto, que no es lo mismo vivir en la franja de Gaza que en Acapulco.
Pero también vi videos donde la gente sonríe, juega, se divierte, es feliz en Irak, en Afganistán, y volví a mi desconfianza con la información, no están todos con un fusil? y pensé, la cosa es heavy en Irak, pero no nos muestran personas, nos muestran una situación política, entonces entendí que muchas veces lo que para uno es terrible para otro no tanto, por ejemplo, para los europeos la situación de los países tercer mundistas debe ser terrible, pero uno que vive en un país tercer mundista no tiene la misma óptica que el europeo, claro que sabe que no es igual la situación, pero uno busca ser feliz en la que le haya tocado, y el hambre se ve, y las guerras, pero es un tema de protagonismo, los medios generalmente buscan invadirte la cabeza de problemas, paranoias, de eso viven, porque en la época de la Argentina 2001 fue cruda, saqueos, secuestros express, pobreza, paranoia, confusión, pero también había cosas buenas, estaban los momentos con los amigos, con la gente que uno quiere, entre tanto caos había amor en el aire también.
Esa es mi elección, saber que la pobreza está, las enfermedades, el cambio climático, pero hay varios puntos, el primero que a los medios (de dónde nos llega la info) son todos negociados, no muestran la realidad, la verdadera realidad, porque arraigado al cambio climático hay millones de negocios sobre eso, que no les conviene que la gente crea que puede hacer algo, se alimentan de eso, y la conciencia colectiva, lastimosamente está generada por los medios.
Volviendo al punto, está por un lado lo real que no puede ser pasado por alto, y por el otro lado lo que se convierte en negociado del sistema.
No voy a pensar que la vida en el planeta se va a extinguir, porque eso es lo que quieren ellos que piense, es lo que quieren que anticipe con mi pensamiento, que me prepare para algo que a ellos les sirve, quieren mi miedo, claro que abro la ventana todos los días y el clima se encarga de decirme que las cosas están cambiando. Pero no me dice que el mundo se va a acabar.
La conciencia está en dudar de la información, en apoyar una causa que aún si la información es falsa, sume.
Yo apoyo la naturaleza se venga el mundo abajo o no, esa es mi moralidad, yo no acepto el abuso de poder, no importa si la información es falsa o no, una violación, la represión, las guerras, son cosas que no me importa quién es el bueno o el malo o la excusa, la idea es la paz al margen de todo contexto o información.
Entonces como no creo nada de lo que me dice ningún tipo de medio, voy a elegir la información que me haga sentir bien, que me dé salud mental, física, moral, que me dé bienestar, y sentirme bien no es no saber que pasan cosas, pero no ponerse contra lo que no quiero para no darle fuerza desde el protagonismo, sino apoyar la causa que esté a favor de lo que sí quiero, ejemplo, no me pongo en contra de los militares, no le quiero dar protagonismo, sino a favor del desarme, que la conciencia del desarme y el no protagonismo se deshagan de los militares, que no se acepte la mentalidad militarista porque no se aceptan las armas.
Entonces mi lucha sigue, no dejo de tomar partido, no dejo de saber cuál es mi moralidad, pero no me lleno de rencor y no me pierdo en una nube de oscuridad, pero dicen que para poder saber quién es uno, hay que saber quién no es, y siento que para ver la luz hay que saber que existe la oscuridad.
Es simple como un chasquido.
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