Gracias por entrar en mi blog, un lugar para lo mas personal. Ya no hay lectores inocentes. Ante un texto, cada uno aplica su propia perversidad.
lunes, 21 de junio de 2010
Selassie
MARCUS GARVEY:
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos al acordarnos de Sion. En los sauces de al lado teníamos colgadas nuestras citaras. Allí nuestros carceleros nos pedían cánticos y nuestros verdugos alegría: "Cantadnos algún cántico de Sion". ¿Cómo podemos cantar un cántico del Señor en un país extranjero? Oh Irusalem, si me olvido de ti, que mi mano derecha se me seque; que mi lengua se me pegue al paladar, si no me acuerdo de ti, si no pongo a Irusalem por encima de mi propia alegría. Acuérdate, Señor, contra los edomitas, que decían el día de Irusalem: "Destruidla, destruidla hasta sus cimientos". Babilonia, devastadora, dichoso el que te devuelva el mal que nos hiciste; dichoso el que agarre a tus hijos y los estrelle contra las rocas.
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