Palabras de Su Majestad Haile Selassie I”
“Sabiendo que el progreso material y espiritual son esenciales para el hombre, Nosotros debemos trabajar sin cesar por alcanzar ambas cosas. Solo así Nosotros podremos adquirir calma interna, tan necesaria para nuestro bienestar. En cualquier conflicto que se presente entre los valores espirituales y materiales, la conciencia juega un importante papel y cualquiera que sufra de sentimiento de culpa nunca es libre de este problema hasta que él haga paz consigo mismo y su conciencia. La Disciplina de la mente es el ingrediente básico de la moralidad genuina y por lo tanto de la entereza espiritual. El poder espiritual es la guía eterna, en esta vida y la vida que continua después, pues el hombre puede alcanzar la meta destinada para él por el Gran Creador. Ya que nadie puede interferir en el reino de Dios, debemos tolerar y vivir junto con gente de diferente fe o religión. En la tradición mística de las diferentes religiones tenemos una extraordinaria Unidad de Espíritu. Cualquier religión que ellos practiquen, ellos son Parientes espirituales. Mientras las diferentes religiones en sus formas históricas nos atan a grupos limitados y militan en contra del desarrollo de la lealtad a la comunidad del mundo, los Místicos se han identificado con la fraternidad de la humanidad en armonía con el espíritu de las épocas místicas que han pasado. Uno no debe cuestionar la fe de otros, pues ningún humano puede juzgar los caminos de Dios.
Con el alzamiento de todos los hombres a su legítima dignidad y honor como individuos, ellos podrán ser capaces de respetar a sus prójimos, de cualquier nación, de cualquier raza, de cualquier religión, de cualquier tradición lingüística o histórica, como iguales, sin celos, sin miedo, sin orgullo excesivo. "
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