La marea está pasando, cuando la ola mas fuerte pasa lo demas es resago, lo demas es normalización.
Y cuándo algo malo ya se hace habitual, deja de sentirse tan malo. El famoso efecto anestesia.
Quizá la ola mas fuerte nos obliga a ser creativos o a caer, nos obliga a usar la fuerza de la misma ola para generar algo alternativo, una solución alternativa.
Esto tal vez no desata el nudo, pero da espacio a con paciencia y esfuerzo desatar el nudo de la angustia hasta que llega la superación... o el olvido.
Y cuando el cuerpo tiembla y la pasión nos envuelve, cuándo lo inmediato toma una importancia absoluta y lo dificil se nos acerca a los ojos con su mirada filosa, cuál es la mejor desición?
Las cosas cambiaron, lo que en un momento me dió plenitud, en otro me parece simplemente lindo.
La experiencia cambia los enfoques, parte de este cambio son los malos tragos, para todo cambio se precisa la pérdida, se precisa pasar por un momento malo, al abrir los ojos primero la luz enceguece, lastima.
Es el equilibrio de la vida, sin este equilibrio la vida es una ilusión, es un vivir en potencia y no en acto.
Entiendo que puede haber períodos largos de bienestar, pero es imposible una continuidad pareja e infinita, ya que el mundo de afuera está podrido, la sociedad y las relaciones humanas están contaminadas de intereses y egoísmos.
Mi refugio está en el arte, en mi mundo interior, ese que se reserva el derecho de admisión para los gollums, ese que crea una seguridad real y una no dependencia de factores externos.
Y si saliera de él y encontrara bosque y prados, sonrisas y manos extendidas, podría llegar a fusionarme, pero en general se encuentra muerte, ignorancia y sometimiento.
Pero allá afuera hay mucha gente cristalina también, a esa gente es la que quiero en mi mundo, es la que abro mi corazón y mi idioma, es la que invito con entusiasmo a formar parte de mi mundo ideal.
Y vamos en masa caminando como zombies a la picadora de carne, esa que nos prepara para alimentar la codicia del idiota.